martes, 12 de noviembre de 2013

TAKY ONGOY

Taki Ongoy es un movimiento de resistencia cultural surgido en Huamanga hacia 1560 “que propugnaba rechazo del Dios occidental y cristiano impuesto de manera violenta y coercitiva a la población indígena andina como consecuencia de la conquista española del Perú. De este modo, se incitaba al regreso al culto de las huacas, que son a su vez los dioses pre-hispánicos y los recintos en los que se realizaba su veneración. “
 
Una versión es que Taki Ongoy significa literalmente “enfermedad del canto” y es que los ritos se centraban en cantos y bailes aparentemente incontrolables, así el cronista Cristóbal de Molina  escribe
 
[H]ubo muchos indios que temblaban y se revolcaban por el suelo; y otros tiraban de pedradas como endemoniados, haciendo visajes, y luego reposaban y llegaban a él con temor y le decían que había y sentía; y respondía que la huaca fulana se le había entrado en el cuerpo; y luego lo tomaban en brazos y lo llevaban a un lugar diputado, y allí le hacían un aposento con paja y mantas. Y luego le embijaban, y los indios le entraban a adorar con carneros, molle, chicha, llipta, mullu y otras cosas. Y hacía fiesta todo el pueblo, de dos y tres días, bailando y bebiendo e invocando a la huaca que aquel representaba y decía tenía en el cuerpo, y velando de noche sin dormir. (…) Otros se encerraban en sus casas a piedra seca y daban alaridos y otros se despedazaban y despeñaban y mataban, y otros se echaban a los ríos ofreciéndose a las huacas (…). Las huacas andinas (…) descendieron sobre los indígenas, los poseyeron literalmente, entraron en sus cuerpos e hicieron a los posesos temblar, caerse y bailar como locos.
 
Los primeros españoles en denunciar este movimiento fueron los sacerdotes Luis de Olivera y Cristóbal de Albornoz, en 1564, durante el gobierno de Lope García de Castro. Algunos estudiosos creen que los takionqoys tenían contactos con Titu Cusi Yupanqui, que reinaba en las montañas de Vilcabamaba.

Las autoridades coloniales organizaron las campañas de "extirpación de idolatrías", por la cual muchos sacerdotes católicos recorrieron los Andes destruyendo los ídolos indígenas y castigando a los indígenas descubiertos en ritos no cristianos. Algunos seguidores del Taki Onqoy resistieron subrepticiamente y hoy su tradición es continuada por muchos "danzaq" o danzantes de tijeras.
 
 Cronológicamente se manifiesta que el Taki Ongoy estalló  a inicios de 1560 y expresó la sensación de recelo y desilusión que afectada aquel decenio crisis, por esta causa los indígenas creían que si seguían cooperando con los españoles los llevaría al desastre. De pronto, sin ninguna advertencia aparente surgió una emoción que sacó a los indios de su malestar o de su resignación ante unas tendencias inevitables. Las huacas andinas dejando su posición habitual (en las piedras, aguas, colinas) descendieron sobre los indígenas e ingresaron a sus cuerpos originando en estos movimientos extraños, no comunes como el de temblar, caerse y bailar de una manera exagerada., Esto originó que se traduciera el Taky Ongoy como enfermedad del baile. 


Estos movimientos, mejor llamados Ataques purificaban espiritualmente a los indígenas pues estos renunciaban al cristianismo y hablaban de los dioses autóctonas resurgidos.
Los Taquiongos prometían a sus seguidores.
- Una convulsión milenarista que eliminaría las tendencias inquietantes del pasado.
- Una alianza panandina de dioses autóctonos, organizada en dos ejércitos, que se enfrentaría al dios de los cristianos.
- Las huacas resurgidas destruirían también a los colonizadores españoles.
- Las huacas reivindicadas crearían un mundo nuevo y nuevas gentes. "El mundo renacido seria un paraíso andino sin colonizadores con abundancia y sin enfermedades".
- Las huacas causarían una cruel venganza a los traidores junto con los españoles.
Al referirse a traidores se trata de los indios que no se sacrificaban, es decir, no realizaban ritos a las huacas como el de echarles chicha por ejemplo.
"Lo que horrorizó a los observadores  españoles era precisamente la capacidad de los Taquiongos para obtener el respeto o la participación de todo el mundo: Mujeres y hombres, viejos y jóvenes, curacas y campesinos, indios del ayllu y yanaconas hispanizados parecían vulnerables al mensaje de aquellos o sucumbían a la posesión directa. Más de la mitad de los Taquiongos eran mujeres. La participación o el consentimiento de los curacas hacía que el resurgimiento del Taqui Ongoy fue una herejía peligrosísima".



Para la sociedad colonial como un todo, el crecimiento de un sector de indios y yanaconas orientados hacia lo español desempeñaba en papel clave en el mantenimiento de la dominación europea. La lealtad de los yanaconas a los patrones y  a la sociedad europea ingresaban las filas efectivas de los colonizadores. Pero ahora incluso los indios de la ciudad y los yanaconas volvían a sus lealtades andinas, y algunos se destacaron como dirigentes del movimiento. Albornoz se quejaba enormemente de que los indios aculturados viajaban por distintos lugares de la sierra. que una próxima convulsión crearía o establecería un "nuevo" mundo exento de los desequilibrios, los desordenes y los males del pasado correspondía a una visión cíclica de la historia que compartían todos los pueblos  andinos. La opinión de que las enfermedades reflejaban la ira de las huacas o la calidad equivocada del intercambio social pertenecía a una antigua visión de las causas de las desgracias. También la adivinación era la práctica andina aceptada y los pueblos Lucanas y Soras que tanta importancia tuvieron en la agitación del Taki Omgoy gozaban de la reputación de ser grandes adivinos. Incluso la posesión por los espíritus era accesible a la experiencia de la lógica andina.
La impresionante capacidad de convocatoria de los Taquiongos se debía a que podían ordenar y expresar unas percepciones y unos impulsos que estaban empezando a cristalizar en la conciencia de sus parientes. Los acontecimientos del decenio de 1560 crearon una conjetura crítica de desilusión, resistencia y reevaluación en unas sociedades autóctonas que hasta entonces eran cooperantes. Las sociedades se habían sumado a las alianzas post-incaicas para alcanzar objetivos y normas andinas tradicionales.
- Autonomía étnica. O comunitaria.
- Autonomía económica y riqueza.
De una vez para siempre, en el decenio de 1560, y pese a su adaptación bastante lograda a las condiciones posteriores a la Conquista, los pueblos de Huamanga advirtieron que esas alianzas  no podrían resistir mucho al paso del tiempo. Los europeos encabezados por los encomenderos tratarían inexorablemente al transformar a los diversos aliados y clientes étnicas en una casta de  meios (indio) organizada para la extracción colonial.
El Taki Ongoy expresaba la dolorosa verdad que iban advirtiendo las sociedades indígenas: que el conflicto entre los elementos andinos y los europeos de la sociedad colonial era al mismo tiempo ineludible, irreconocible y decisivo.
La gran verdad del Taki Ongoy, el conflicto entre indígenas y blancos, quedaba consagrada en dos principios morales:
- El primer principio, el de la resistencia, significaba que la sociedad andina tendría que desaprender adaptaciones anteriores. Las estrategias "abiertas" de los indígenas hacia la gente y las mercancías hispánicas habían facilitado el colonialismo. Ahora tendría que resistir al contacto, al intercambio y al servicio a sus entidades coloniales la única forma en que los indígenas evitasen participar en su propia destrucción y gozar del cataclismo que se avecinaba era reformarse de esas costumbres.
El Taky Ongoy condenaba aquella adaptación a la presencia de los europeos, y definía las opiniones de los pueblos andinos en términos tajantes.
Debido al fracaso del Taki Onkoy, movimiento que proponía el retorno al culto de las Huacas es decir al culto andino tradicional, se pasó a la figura del Inkarri que era una divinidad que no poseía seguidores, su poder futuro era inverso a su fuerza presente el cual refleja la situación de la sociedad india que se encuentra amenazada y que no acepta la evangelización colonial. Inkarri se presenta como un dios que habita en los recintos de la convivencia colectiva.
 
entre otros movimientos tene os también el Moroy Onkoy y el Yanahuara

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